Por: Carlos Blanco López
Es cierto que faltan escasas tres semanas para que culmine el ciclo escolar 2021-2022, también es válido que los docentes aleguen que ya terminaron de aplicar el programa de estudios entre sus alumnos, que además ya realizaron los exámenes finales, por lo que no tiene sentido que continúen asistiendo a las aulas.
Lo que no se escucha con mucha congruencia es que la titular de la SEP, Delfina Gómez insista en que se debe respetar el calendario escolar que establece el 28 de julio como la fecha en que finaliza el curso, sin explicar al detalle la mejor forma de cómo podrían aprovechar su tiempo las maestras y los maestros en los días que restan para que llegue el 28 de julio.
Estas tres últimas semanas, previas al cierre oficial del curso, en verdad que sí pueden aprovecharse dichos días en caso de que la SEP tuviera el tino de involucrar al personal docente en un ambicioso programa de recuperación de la enseñanza que se perdió durante la pandemia, entre los alumnos que todavía están asistiendo a los planteles escolares, o en su defecto involucrar a las maestras y los maestros que se quejan de que ya no hay nada que hacer, en un programa para localizar y convencer a los más de 5.2 millones de alumnos que dejaron de asistir a las aulas en el ciclo escolar 2021-2022.
Todo y muchas cosas más se podrían hacer a favor de la educación nacional, en vez de prácticamente forzar al magisterio a que siga acudiendo a las aulas, sin antes estimularlos, guiarlos, ni aprovechar su tradicional entusiasmo para trabajar a favor de la niñez.
El colmo de la insensatez se lo llevó la secretaria de Educación de Tabasco, Egla Cornelio Landero, al amenazar a los directores de los planteles escolares de que serán amonestados en caso de que adelanten el cierre del ciclo escolar, a pesar de que Tabasco es la entidad que presenta el quinto lugar de contagios en esta etapa en que repunta el coronavirus.
Negro se le va a poner el panorama al gobernador interino de Tabasco, Carlos Manuel Merino Campos, político de todas las confianzas del secretario de Gobernación, Adán Augusto López, en el caso de que se llegaran a incrementar los contagios por el Covid-19 entre los alumnos que están asistiendo a clases en el nivel de educación básica, y todo porque la titular de la SEP estatal amenazó con sancionar a los directores en caso de adelantar las vacaciones.
Tampoco se observa como muy halagüeño para el funcionamiento de la educación nacional que la titular de la SEP, Defina Gómez, demande al magisterio que siga asistiendo a las aulas hasta la fecha que está establecida en el calendario escolar, cuando en las columnas políticas y entrevistas que le hacen es más que evidente que todos sus pensamientos e ilusiones se concentran en la obtención de la candidatura de Morena al gobierno del Estado de México, demostrando con ello que su preocupación por las “pequeñas y los pequeños” no eran otra cosa más que un peldaño para alcanzar la candidatura.
Una aspiración que se le podría estar complicando a Delfina Gómez, o cuando menos es lo que se nota, desde el momento en que se le ha visto muy acompañada por los otros dos texcocanos, Horacio Sánchez Duarte e Higinio Martínez, que no desean de ninguna manera perder la oportunidad de apoderarse del gobierno del Estado de México, interpretando, aunque no lo dicen, pero lo transpiran por los poros, que el presidente López Obrador podría tener en mente a otro candidato ajeno al trio de texcocanos, y por esa razón se les ha visto, en particular a Higinio y a Horacio, realizar mítines de apoyo a su figura con cientos de acarreados para demostrar al jefe del ejecutivo federal su capacidad de convocatoria entre las bases.
Como diciendo al presidente López Obrador: “de esto se podría perder usted si no elige a la maestra Delfina”.
Higinio bien sabe que López Obrador lo detesta, por lo que nunca será seleccionado como candidato.
Esto lo sabe bien Delfina y con todo y eso se deja fotografiar con Higinio. Tal vez le falta sensibilidad política, porque las bases en el Edomex responden en mucho y en forma espontánea a la imagen de AMLO.
Y si Horacio Sánchez Duarte sigue siendo fiel a los otros dos texcocanos, es porque si AMLO selecciona a un político ajeno al Grupo Texcoco, será el principio del fin de dicho grupo.