Por: Carlos Blanco López
Por lo que dice y hace el canciller Marcelo Ebrard en sus actos de campaña, para conseguir las simpatías de los militantes del partido Morena y ganar en las encuestas del partido fundado por López Obrador, la nominación a la candidatura presidencial, busca conciliar con aquellos sectores o grupos políticos con los que el jefe del poder ejecutivo se encuentra distanciado.
Bajo ese interés designó a la defensora de las causas feministas y senadora Malú Mícher como su coordinadora de campaña, para lograr un acercamiento con los colectivos feministas que se encuentran consternados por la ola creciente de feminicidios, y que el 9 de marzo del 2020 demostraron una gran capacidad de convocatoria al realizar un paro nacional en donde millones de mujeres se ausentaron durante 24 horas de las actividades del país, ante la falta de acción judicial y empatía hacia la causa de las mujeres por parte del gobierno federal.
En ese mismo afán por lograr acercamientos con algunos sectores enfrentados con el obradorismo, el canciller Marcelo Ebrard mantiene en su equipo de campaña a Tomás Vázquez Vigil, ex líder de la sección 16 del SNTE en Jalisco, impulsor por obra y gracia de la ex lideresa magisterial Elba Esther Gordillo, de la asociación denominada Maestros por México que en todas las entidades del país cuenta con representantes, en su mayoría ex dirigentes seccionales del sindicato magisterial.
En los últimos días en el estado de Hidalgo, actores vinculados al ex dirigente de la sección 15 Moisés Jiménez Sánchez, han venido promocionando en las redes sociales a Marcelo Ebrard como su precandidato a la presidencia por Morena.
En lo que tiene que ver con otros grupos políticos enfrentados con el presidente López Obrador, cabe señalar que, en el evento verificado en la ExpoGuadalajara, el canciller Marcelo Ebrard, contó con el apoyo del diputado local Enrique Velázquez González, el cual presidió el comité organizador que impulsó el partido Hagamos, que responde a los intereses del controvertido Raúl Padilla López, quien controla la Universidad de Guadalajara desde hace más de 30 años. Velázquez González, fue secretario general del Sindicato de Trabajadores Académicos de la UdeG.
El partido Hagamos que se convirtió en partido político el 18 de septiembre del 2020 recibió aportaciones económicas de integrantes de al menos 13 estructuras distintas de la Universidad de Guadalajara, incluyendo centros universitarios, prepas y sindicatos.
En no pocas ocasiones el presidente López Obrador ha criticado al ex rector Padilla López, acusándolo de manejar una “mafia” que domina en las universidades públicas: “Ellos ponen a los rectores” y acusó dicha práctica como la más “antidemocrática que pueda existir”.
López Obrador le guarda un profundo rencor a Raúl Padilla López, quien en su carácter de presidente de la Feria Internacional del Libro (FIL) ha invitado a este evento a escritores de fama internacional y nacional opuestos al gobierno de la 4T, como el peruano Mario Vargas Llosa o al escritor Enrique Krauze.
Meses antes de las elecciones presidenciales del 2018, Vargas Llosa invitó a los mexicanos a no votar por López Obrador por “impredecible, populista y demagogo”.
Tal pareciera que Marcelo Ebrard, al buscar alianzas con actores distantes al proyecto del gobierno de la 4T, presiente que no resultará nominado por las “encuestas” del partido Morena, como el candidato presidencial.
Pueda que tenga toda la razón porque cada vez se acumulan más indicios de que el presidente López Obrador desconfía en gran medida del canciller, por eso mismo hace unos días desde Palacio Nacional se instruyó al secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández, para que diera a conocer la primicia de que en las próximas semanas el gobierno de los Estados Unidos anunciará la entrega de 300 mil visas de trabajo temporal para inmigrantes, y que de ese total, la mitad serán entregadas a mexicanos.
Lo propio era que el canciller Marcelo Ebrard, como responsable de la política exterior, hiciera ese anuncio, pero el presidente López Obrador le acota los márgenes de maniobra a Ebrard para evitar que valiéndose de su cargo como secretario de Relaciones Exteriores siga fortaleciendo su imagen ante los cientos de miles de familias mexicanas que cuentan con parientes que han emigrado a los Estados Unidos.