Al frente de los Institutos Tecnológicos un admirador de la dictadura de Corea del Norte

Por. Carlos Blanco López

Si la UNAM es una de las instituciones de mayor renombre académico del país y de un alto valor político por la enorme matricula estudiantil que asiste a sus aulas,  que se eleva a cerca de 350 mil alumnos, en la que el gobierno ha fallado en sus intentos por controlarla, ahora es de suponerse que el presidente López Obrado anda feliz, feliz, al haber colocado al frente del sistema de Institutos Tecnológicos, con una población de más de 600 mil alumnos, casi el doble de la matricula estudiantil que hay en la máxima casa de estudios, a un político morenista incondicional suyo: Ramón Jiménez López.

El nuevo director general de los Institutos Tecnológicos, un sistema que cuenta con 254 planteles ubicados en todo el territorio nacional, se venía desempeñando como director General de la Red de Transporte de Pasajeros en el gobierno de la ciudad de México.

 Es decir, Ramón Jiménez, forma parte del primer círculo de López Obrador y de la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum.

Pero aparte de su desempeño en la alicaída dirección de RTP, Ramón Jiménez se había erigido en las redes sociales como defensor de las políticas públicas del presidente López Obrador, por lo que cada ocho días grababa un video que difundía por youtube donde abordaba diversos temas de interés a favor del principal inquilino de Palacio Nacional, con la idea de contrarrestar la información negativa difundida por la “prensa chayotera”, de acuerdo a lo que alegaba en sus comentarios.

Sin embargo, hoy en algunos medios, al trascender que Ramón Jiménez será el nuevo director general de los Institutos Tecnológicos, se le acusa de ser un político defensor a ultranza de la dictadura del presidente de Corea del Norte, Kim Jon-Un.

Este político morenista ha dicho que el mejor sistema político es el de Corea del Norte, y que su sueño es vivir en ese país, donde la población le rinde culto supremo al dictador Kim Jong Un.

Según Ramón Jiménez en Corea del Norte no hay un culto a la personalidad de Kim Jong Un, sino que el pueblo lo respeta como su dirigente: “el pueblo es como el cielo; hay que amarlo y respetarlo. Y en la medida que el pueblo siente el amor y el cariño del dirigente, pues también ama y respeta al dirigente. No es una cuestión de imposición”.

Con qué a Ramón Jiménez, ya como director de los Institutos Tecnológicos, no se le ocurra emular a su ídolo Kim Jong Un, en la instrucción de que todos los jóvenes lleven un mismo corte de pelo similar al del dictador coreano, las cosas no se le habrán de descarrilar tan rápido.

Qué pensarán de todo esto en la Casa Blanca a escasos días del encuentro entre los presidentes López Obrador y Joe Biden.

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