Alfonso Cepeda Salas y Elba Esther en el juego de la sucesión presidencial

Por: Carlos Blanco López

De ninguna manera hay un proceso de insubordinación del SNTE contra el gobierno de López Obrador como lo diagnostican algunos analistas del movimiento magisterial, después de que el secretario general del CEN, Alfonso Cepeda Salas, expuso en La Jornada que la reforma educativa del gobierno morenista es mas de los mismo.

La narrativa del político sindical coahuilense, fiel seguidor del principal huésped de Palacio Nacional, forma parte de una estrategia orientada a que el jefe del Ejecutivo demuestre en una mañanera que es sensible a los reclamos de los maestros y ordene una revisión de la política educativa y de la situación laboral y profesional de los trabajadores de la educación, para ganarse la simpatía y el apoyo de los integrantes del SNTE compuesto por más dos millones de afiliados asentados a todo lo largo y ancho del territorio nacional.

Las consideraciones que hace Cepeda Salas en la Jornada tienen mucho que ver con el adelantado proceso de sucesión presidencial y las emite en reacción a las declaraciones que hizo la ex dirigente nacional del sindicato Elba Esther Gordillo en el programa noticioso Latinus que conduce Carlos Loret de Mola, donde la chiapaneca, para reposicionarse entre el magisterio, insistió en que fue encarcelada en el 2013 por defender los derechos laborales y profesionales de las maestras y los maestros, y recrudeció sus puntos de vista sobre el presidente López Obrador considerando que es un corrupto, porque también, dijo, se cae en la corrupción cuando se miente, reiterando que se encuentra decepcionada del gobierno de la cuarta transformación.

Con esos comentarios hechos a Loret de Mola, acérrimo crítico de López Obrador, la ex lideresa del sindicato, prosigue intentando penetrar en el ánimo del magisterio erigiéndose en una víctima de los gobiernos priístas y morenistas por defender supuestamente los derechos de los trabajadores de la educación, con la vista puesta en las elecciones presidenciales del 2024, y la intención final de acarrear votos de los integrantes del sindicato hacia su candidato que no es otro que el canciller Marcelo Ebrard.

De ahí que para contrarrestar o neutralizar el discurso incendiario de la maestra, el dirigente nacional del sindicato, Alfonso Cepeda Salas, con el aval de Palacio Nacional, trata de demostrar con la entrevista ofrecida a la Jornada,  que es un líder autónomo frente al poder presidencial haciendo una aguda critica a la reforma educativa morenista, y mencionando además que los maestros enfrentan problemas con programas como el de promoción horizontal y el de promoción vertical, dentro de un juego que le permita al régimen de López Obrador, con el trabajo que habrá de desarrollar la nueva titular de la SEP, encauzar las supuestas inquietudes del magisterio y resolver los problema que les aquejan.

Atrás de la narrativa de Cepeda Salas, como ya se hizo mención, se inscribe toda una estrategia política que se orienta a lograr colocar el ánimo del magisterio a favor de la precandidata favorita del principal huésped de Palacio Nacional: la jefa de Gobierno de la CDMX, Claudia Sheinbaum, afín a los liderazgos radicales de Morena.

No hay mucho que reflexionar para concluir que la movilidad política de Cepeda Salas forma parte de una táctica que se impulsa desde el cuarto de guerra de Palacio Nacional.

Hay que observar que el dirigente nacional del SNTE, poco dado a ofrecer entrevistas “exclusivas” decidió conceder una larga charla al diario La Jornada, un periódico que se ha distinguido por plegarse a pie juntillas a la política de comunicación social que impulsa desde Palacio Nacional el vocero y asesor político de López Obrador, Jesús Ramírez Cuevas, quien además se distingue por formar parte de los grupos radicales morenistas, y desde luego afín a Claudia Sheinbaum.

Lo delicado de esta lucha al interior del partido morena y entre los precandidatos presidenciales de este partido, es que el presidente López Obrador opte por darle un mayor juego a los políticos de Morena incrustados en la SEP, como Marx Arriaga, que poco o nada saben de pedagogía, para que le impriman a la política educativa un matiz ideológico.

Es muy probable que ese sea el juego que persiguen los radicales de Morena, entre los que se encuentra la esposa del político de Macuspana, Beatriz Gutiérrez Müeller, quien llevó a la SEP a Marx Arriaga, y que de alguna manera influyó para que Leticia Ramírez Amaya arribara a la titularidad de la Secretaria de Educación Pública.

Habrá que estar al pendiente de que los morenistas no le den una orientación ideológica a la política educativa e impulsen un retroceso en la relación de la SEP con el SNTE, como aquellos años en que la administración de la educación nacional estaba colonizada por el sindicato y dirigentes caciquiles como Jesús Robles Martínez, Carlos Jonguitud Barrios y Elba Esther Gordillo, voraces, corruptos, impedían que el gobierno fuera el rector  de la educación nacional, como lo mandata la Constitución que el Presidente de la República, al asumir el cargo, juro guardar y hacer guardar.

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