Barruntos de tormenta en la sección 22 del SNTE-CNTE.

Por: José Alonso Serrano-

Aunque no hay una definición clara acerca de cuándo y cómo se realizará el proceso de renovación de la dirigencia de la sección 22 del SNTE-CNTE, desde ahora se advierten barruntos de tormenta, ante lo que podríamos denominar diferencias de fondo entre los usos y costumbres para dicha elección por parte del magisterio oaxaqueño y el proceso de elección que establece el Reglamento para la Elección de Dirigencias Seccionales del SNTE, normativa a través de la cual el CEN del SNTE ha venido regulando la elección de dirigentes en cuando menos siete secciones sindicales en las últimas semanas.

Con motivo de la pandemia generada por COVID19 y con base al acuerdo emitido por la secretaría del Trabajo, en febrero del presente año, por el que se amplía la prórroga de la vigencia de las constancias o tomas de nota de las directivas sindicales registradas ante dicha dependencia, el CEN del SNTE se vio en la necesidad de tramitar ante el Tribunal Federal de Conciliación y Arbitraje una prórroga para la ampliación de la gestión de secretarios generales en cuando menos 44 comités seccionales que a lo largo de estos dos años, habían concluido el periodo para el que fueron electos.

En este sentido destaca que, de esos 44 comités seccionales, cuyo vencimiento se registró en dicho periodo: 7 debieron renovarse en 2019; 31 en el 2020 y 6 durante el presente año

Entre todos estos comités seccionales se encuentran también las secciones en donde la disidencia agrupada en la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación detenta estatutariamente el control de las secciones 22 de Oaxaca y 7 de Chiapas.

En la segunda de ellas, la chiapaneca, en días pasados el CEN, después de una serie de negociaciones entregó la toma de nota con la extensión de mandato al comité que encabeza Pedro Gómez Báhamaca y el evento en que se renovará la dirigencia se realizará en el transcurso del próximo año.

En el caso de la 22 de Oaxaca, llama mucho la atención que, hasta el momento, nada ha trascendido acerca de cuándo, ni cómo se renovará la dirigencia que en la actualidad detenta Eloy López Hernández, cuyo periodo de gestión concluyó el 17 de enero del presente año.

Como se recordará desde 1980, después de una serie de confrontaciones entre los cuadros de un movimiento magisterial disidente que en busca de mejoras económicas y democracia sindical  y ya bajo las siglas de la CNTE, había iniciado movilizaciones un año antes hasta rebasar a los dirigentes institucionales que en ese entonces lideraba a nivel nacional Carlos Jonguitud Barrios, finalmente  con la aprobación del gobierno federal, arrebataron en un congreso seccional desarrollado en un ambiente democrático sin precedente, el control de la sección sindical a los cuadros de la denominada Vanguardia Revolucionaria.

En la decisión de entregar la sección 22 a los cuadros de la disidencia centista influyó el secretario de Gobernación, el profesor Enrique Olivares Santana, formado en el SNTE, y quien de esa forma retribuía a determinados cuadros de la disidencia magisterial su participación en la activación de las grandes movilizaciones magisteriales que a principios de los ochentas se habían escenificado en la ciudad de México por diversas demandas, aunque en el fondo esas nutridas marchas también se orientaban a enturbiar el escenario político al entonces secretario de Educación, Fernando Solana, cuyo nombre sonaba en los medios como precandidato del PRI a la presidencia de la república; y de paso desestabilizar al sindicato en busca de la defenestración de Carlos Jonguitud Barrios, finalmente ni el titular de la SEP, ni el encargado de la política interior nacional fueron seleccionados por el presidente José López Portillo para sucederlo en el cargo, sino que prefirió postular al secretario de Programación y Presupuesto, Miguel de la Madrid.

De ahí que desde finales de la década de los ochenta y con distintos altibajos del movimiento, la dirigencia de la sección 22 ha estado en poder del denominado Movimiento Democrático de los Trabajadores de la Educación de Oaxaca. 

Durante esas cuatro décadas, el MDTEO, dentro de la Coordinadora Nacional, ha sido ejemplo a seguir por los distintos contingentes y en muchas ocasiones ha encabezado jornadas de lucha de carácter nacional en busca de solución a distintas demandas.

En ese tiempo también, la sección 22, con el fin de no repetir los errores de los institucionales, desarrolló formas de autogobierno al margen del estatuto, que le han permitido la sobrevivencia en materia político sindical, pese a los esfuerzos por dividirlos y desplazarlos de la dirigencia sindical, primero por parte del jonguitudismo y después a lo largo del cacicazgo que ejerció por casi 24 años, Elba Esther Gordillo Morales.

Al respecto, es conveniente destacar que a partir de los inicios de 1982, en una asamblea estatal celebrada en Puerto Escondido, Oaxaca, en forma independiente al estatuto sindical, la sección 22, al observar como una necesidad, consolidar el MDTEO, estableció normas de carácter político sindical para regirse y evitar con ello, la corrupción que caracterizó a muchos de los dirigentes institucionales que pasaron por la dirigencia, así como el surgimiento de cacicazgos regionales que lejos de luchar por la solución de las demandas del magisterio lo hicieran en beneficio propio.

A partir de esa asamblea en Puerto Escondido, surgen los 20 principios rectores del movimiento en donde a grandes rasgos se demanda de los dirigentes una conducta bajo una línea de rectitud y honradez; se ubica a la asamblea estatal como el máximo órgano de gobierno; se rechaza cualquier tipo de control del SNTE; y en materia electoral señalan que previo a los eventos electivos, la base analizará los antecedentes políticos y sindicales de quienes aspiren a ocupar un cargo sindical; y establecen que ningún representante sindical de la estructura seccional, podrá ocupar en forma simultánea cargos de representación popular, ni sucederse en los puestos sindicales, por lo que al término de su gestión concluirá su comisión y tendrá que reintegrarse a su centro de trabajo.

En todos estos años la renovación de dirigentes en la sección 22, se ha realizado al margen de lo que determina el estatuto sindical, sin embargo, habrá que reconocer que los márgenes de democracia al interior de dicha sección se ampliaron de manera efectiva.

Tradicionalmente el procedimiento en Oaxaca, se lleva cabo primero a nivel delegacional, en donde en asamblea los maestros de base con voto directo, eligen a sus representantes o delegados a un precongreso, evento en el que con el voto de los delegados se elige a cada integrante de la nueva dirigencia seccional y se distribuyen algunos espacios de acuerdo al peso específico de cada grupo o corriente, posteriormente a través de negociaciones o movilizaciones, exigen al CEN del SNTE, que en el congreso estatutario, se reconozca a dicha estructura y se formalice su entrada en funciones como nueva dirigencia.

Es allí donde desde ahora, se advierte que después de tres años de relativa calma entre el magisterio de Oaxaca, el proceso de elección de dirigentes, puede generar el surgimiento de conflictos que pueden desestabilizar al magisterio de dicha entidad.

Como ha sido la constante en las últimas semanas, los procesos electivos que se han realizado en siete secciones del país han desarrollado la elección de dirigentes bajo las normas establecidas en el Reglamento para la Elección de Dirigencias Seccionales, reglamento que es de observancia obligatoria y promueve el voto libre, directo y secreto de los agremiados.

En un principio este reglamento fue objetado porque su artículo 8 impedía la libre participación de todos los agremiados, en tanto que exigía que el aspirante a figurar como candidato a la secretaria general requería de haber detentando cargos sindicales hasta sumar una experiencia de once años, sin embargo, dicho candado, ante las protestas, fue eliminado por la dirigencia nacional del SNTE

El aval del registro de planillas y su participación en la elección de nuevos dirigentes están supeditados a la aplicación de la norma por parte del Comité Nacional Electoral del SNTE, instancia que a partir de esa etapa se hará cargo de la elección, recuento de los votos, reconocimiento de los triunfadores, solución de impugnaciones, etc. Es decir, como ha sucedido a lo largo de la historia del SNTE, la dirigencia nacional será juez y parte dentro de los procesos electivos seccionales, en función de su “autonomía sindical”.

En Oaxaca, en los últimos 40 años ningún integrante de comité seccional se ha sucedido en el cargo por lo que los integrantes de los distintos comités seccionales tan solo cuentan de 1980 a 2004 con tres años de experiencia sindical y de 2004 a la fecha con cuatro.

Como ya se dijo, la base en el estado vota por delegados y estos a su vez por los nuevos dirigentes. Por lo que podríamos decir que el voto universal, libre, directo y secreto en la elección de dirigentes seccionales, no se ha permitido en los años en que los cuadros de la CNTE han detentado el control de la sección, por lo que puede constituirse en una demanda de la base.

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