Por: Carlos Blanco López
La drástica e injustificada reducción del presupuesto para les escuelas normales es una de las causas que podrían estar motivando a trabajadores de apoyo y asistencia a la educación de la Benemérita Escuela Nacional de Maestros a mantener paralizadas las actividades de esta institución desde el pasado 12 de septiembre.
El paro de labores afecta el proceso de enseñanza de más de 2 mil alumnos, bajo una estrategia en la que pudiera estar involucrada la dirigencia nacional del SNTE, valiéndose de los directivos sindicales de la sección XI, dentro del contexto en que se acaba de dar a conocer el proyecto de egresos del presupuesto de la federación del 2023.
A reserva de analizar los recursos que se asignan a las normales en el presupuesto de egresos para el año entrante, habrá que tener presente que la educación ha sido uno de los sectores más afectados por los recortes presupuestales en los últimos años.
En el proyecto de presupuesto del 2021 se le asignó a las escuelas normales 20 millones 597 mil pesos, mientras que en el 2020 tuvo 461 millones 390 mil pesos. Se trató del recorte más drástico en los últimos 16 años a este rubro.
Si bien había tenido una caída permanente desde el 2015, cuanto tuvo mil 195 millones de pesos, es en la administración del presidente López Obrador donde el recorte se acentuó, pues de tener 783 millones de pesos en 2018, pasó a 447 millones de pesos en el 2019.
Por esa razón y para evidenciar las carencias presupuestales, los trabajadores de la sección 11 que mantienen paralizadas las actividades de la BENM han denunciado que se niegan a trabajar ante la “falta de insumos, es parte de la denuncia, los compañeros tienen que poner de su bolsillo para comprar le repito los insumos, pagar el internet, no hay agua, no hay luz, no hay condiciones. Estamos dispuestos a trabajar y lo estamos haciendo, mantenemos la escuela limpia, barremos, no la mantenemos pintada, no hay vandalismo”.
Desde un oficio girado desde la delegación sindical que encabeza Román Infante Ávila se da cuenta de que las peticiones exigidas por las y los trabajadores de la Escuela tienen desde el año pasado sin ser resueltas, lo cual les ha orillado a tomar las instalaciones y a movilizarse ante la inacción de las autoridades federales.
La propia directora de la BENM, María Guadalupe Ugalde Mancera, ha reconocido que la austeridad republicana ha afectado la operatividad del plantel: “definitivamente las escuelas normales tienen problemas de presupuesto que se han agudizado con el momento actual que estamos viendo de crisis económica”.
Explicó que el presupuesto que les llega no es en efectivo, “sino simplemente adicionamos un proyecto de las necesidades prioritarias de la escuela y cada dos años se mete a la Secretaría… simple y sencillamente se contratan desde la Secretaría a las empresas y se ejerce… en este periodo tenemos el problema de la impermeabilización, así nos manejamos con los recursos muy cortos que no son suficientes para la institución”.
Bajo esta tesitura y al margen de que los trabajadores de la sección 11 del SNTE les asiste la razón y que por ello paralizaron las actividades de la BENM como medida de presión para que les resuelvan sus demandas, habrá que observar que los autores intelectuales del paro que buscan evidenciar la problemática que presentan las normales por falta de presupuesto, seleccionaron a la BENM, una de las más emblemáticas a nivel nacional, para realizar ese acto de protesta a sabiendas de que de esta institución egresó la flamante secretaria de Educación, Leticia Ramírez Amaya.
Nunca antes un egresado de la Benemérita Escuela Nacional de Maestros había llegado a ocupar la titularidad de la SEP.
Habrá que ver como resuelve la problemática interna que presenta su alma mater, la primera escuela normal fundada en la ciudad de México, en 1887, y sobre todo qué hace Ramírez Amaya para superar las deficiencias presupuestales que presenta el sistema de normales públicas.