Por: Carlos Blanco López
A la dirigencia nacional del SNTE, ni mucho menos a los cuadros más representativos de la CNTE, les interesó emitir un pronunciamiento para defender la permanencia del programa de escuelas de tiempo completo, o en su defecto respaldar la decisión del gobierno federal morenista de cancelarlo, como se recordará el programa, entre otros beneficios ofrecía su primer y único alimento a más de un millón de alumnos, radicados en las zonas más pobres del país.
Ambas organizaciones han desaprovechado eventos ad hoc en los que bien pudieron haber emitido su postura sobre la cancelación del PETC. Por ejemplo, al presentar recientemente ante la titular de la SEP, Delfina Gómez, su pliego nacional de demandas, el dirigente nacional del SNTE, Alfonso Cepeda Salas, no abordó ni tangencialmente el tema de la cancelación de las escuelas de tiempo pese a que dicho tema, desde que la SEP lo dio por terminado, el pasado 28 de febrero, ha sido uno de los asuntos más debatidos en los medios de comunicación.
Para Cepeda Salas las demandas más sobresalientes de las 249 que incluye el pliego nacional, son: incremento al salario, agilizar el programa permanente de basificación, programas de desarrollo profesional, capacitación en el uso de las nuevas tecnologías, incremento a créditos, pero nada relacionado con las horas extras que recibieron durante muchos años, cuando menos 27 mil maestras y maestros que trabajaban en las escuelas de tiempo completo.
Para la Coordinadora Nacional de los Trabajadores de la Educación (CNTE), la cancelación del programa de escuelas de tiempo completo, tampoco les preocupa, a pesar de que 19 mil de las 27 mil escuelas en las que funcionaba este programa, estaban en zonas indígenas lo que no importó en su pasada reunión a los integrantes de una CNTE con todo y que cuando nació hace más de 40 años exponía una profunda y auténtica preocupación por las clases más desposeídas.
En su asamblea nacional representativa celebrada de manera virtual el pasado 13 de marzo los líderes de la CNTE evaluaron, entre otras cuestiones, algunos aspectos de su segundo Congreso Político-Educativo, que tendrá verificativo del 8 al 10 de abril, sin embargo, nada expresaron ni a favor o en contra de a la cancelación del programa de escuelas de tiempo completo.
Eso sí, se comprometieron a “construir” un posicionamiento por los “acontecimientos de la guerra entre Rusia y Ucrania, y sus consecuencias en el continente europeo, en el mundo y México”.
Tan fácil que era demandar a Rusia el cese de las hostilidades y convocar a las partes en conflicto a resolver las diferencias por medio del dialogo, aunque seguramente no faltaron aquellos “camaradas” que expusieron que a Putin no se le puede pegar ni con el pétalo de una rosa.
Pero nada expusieron sobre la cancelación del PETC.