Por: Carlos Blanco López
De los contingentes más representativos de la CNTE ha sido la sección 7 de Chiapas, liderada por Pedro Gómez Báhamaca, la que se involucró y/o en cierta medida tomó partido a favor de la Iglesia Católica frente a la disputa que libra con el presidente López Obrador tras de la muerte de dos sacerdotes jesuitas en Chihuahua asesinados por un sicario del narcotráfico.
Esta pugna entre la poderosa jerarquía católica y el jefe del ejecutivo tendrá su fase culminante el próximo domingo cuando en todas las iglesias del país y en el monumento denominado “La Estela de Luz”, ubicada en el Paseo de la Reforma de la capital del país, los feligreses oren por la paz ante la violencia que se registra en México.
Hasta el momento se desconoce si la disidencia de la sección 7 chiapaneca se sumará a la jornada de oración por la paz, lo que sí hicieron y demandaron en esta semana, dentro del contexto en que la muerte de los jesuitas sigue acaparando la atención de la opinión pública, fue participar en una peregrinación por la paz y en apoyo al sacerdote Marcelo Pérez Pérez, para exigir que las autoridades judiciales anulen una orden de aprehensión en su contra, emitida por la Fiscalía del Estado de Chiapas para incriminarlo en la desaparición de 21 personas en el municipio de Pantelhó.
Los disidentes de la sección 7 afines a la CNTE, al sumarse a la peregrinación, sabían perfectamente que respaldan a la Iglesia Católica en su sentida preocupación por el crecimiento de la violencia en México.
Toman partido en contra el gobierno ante la persistente negativa del gobernador morenista, Rutilio Escandón, a devolverles antiguas prerrogativas, como el manejo discrecional de la Caja de Ahorros, el pago mensual a los más de 30 comisionados del comité seccional, y fundamentalmente por la cancelación de las negociaciones bilaterales, entre otras de sus preocupaciones.
La inconformidad de la disidencia de la sección 7 en contra del gobierno federal y el estatal se irá extendiendo en los próximos meses conforme vaya avanzando el proceso de sucesión presidencial, sobre todo porque hay indicios de que el magisterio centista chiapaneco pudiera estar simpatizando por el canciller Marcelo Ebrard, y que la apuesta del gobernador Rutilio Escandón se orienta hacia el secretario de Gobernación, Adán López Hernández, cuya hermana Rosalinda es esposa del gobernador chiapaneco.
Por lo pronto las diferencias que prevalecen entre la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) y el gobierno del presidente López Obrador, dentro de un contexto en que la comunidad judía también se encuentra molesta con el jefe del Ejecutivo por calificar de hitleriano a Carlos Alazraki, alcanzarán su fase máxima al mediodía del domingo cuando millones de católicos oren por la paz.
Este clima de confrontación entre la jerarquía católica y el gobierno no se había visto desde la década de los ochenta cuando en Chihuahua el gobierno priísta de Miguel de la Madrid, junto con su secretario de Gobernación, Manuel Bartlett, y la alquimista electoral, Elba Esther Gordillo, incurrieron en lo que denominaron un “fraude patriótico”, ante lo cual la CEM ordenó a sus sacerdotes en el estado norteño que suspendieran los servicios religiosos, lo que al final de cuentas se conjuró por instrucciones del Vaticano.