Episcopado Mexicano pide a padres de familia a preocuparse por la calidad de la educación

Ciudad de México. – Eduardo Corral Merino, secretario de la Dimensión de Pastoral Educativa y de Cultura de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), se refirió, a la polémica que se ha desatado para el nuevo ciclo escolar por el contenido de los libros de texto gratuitos de la SEP, destacó que los padres de familia deben de preocuparse por la calidad de la educación y no ver todo como negativo.

El Episcopado Mexicano emitió dos comunicados el pasado fin de semana, el secretario general del organismo, Ramón Castro, obispo de Cuernavaca, denunció en un video distribuido en sus redes sociales que esta inconformidad por la Nueva Escuela Mexicana ha evidenciado una emergencia educativa en el país.

Sobre los libros de texto, dijo que estos materiales deberían impulsar el desarrollo integral de los estudiantes, al margen de cualquier instrumentación ideológica o política. “La educación es un derecho humano, y no debe ser utilizada como instrumento de manipulación, de colonización ideológica”.

Castro Castro enlistó los principales problemas que presentan los nuevos libros de texto gratuito, comenzando -dijo- porque se violó la Constitución al no seguir el proceso que dicta el artículo tercero.

De acuerdo con los primeros análisis de distintos especialistas -explicó- “no se cumple plenamente el criterio de orientar la educación en base a ‘los resultados del progreso científico’ y no en fanatismos y prejuicios, fruto de ideologías ajenas al ámbito educativo”.

Insistió en que las autoridades de educación no tomaron en cuenta a los distintos actores, comenzando por los padres de familia, “tal como expresa la Declaración Universal de los Derechos Humanos de la ONU: ‘Los padres tendrán derecho preferente a escoger el tipo de educación que habrá de darse a sus hijos’”.

Además -continuó- los contenidos de los libros de texto gratuitos no se han construido a partir de criterios pedagógicos y didácticos, “que garanticen el buen aprendizaje de nuestra infancia y juventud, con enseñanzas acorde a su edad y madurez”.

“Ante esta realidad que nos interpela sobre estos contenidos de evidente adoctrinamiento e ideologización en los nuevos libros de texto “, el obispo hizo un llamado a defender el derecho de toda familia: educar a sus hijos y esperar que la escuela sea un centro de formación en diversas disciplinas a fin de que, entre ambas instituciones, familia y escuela, logren generar personas de bien, con objetivos en la vida que construyan la sociedad que todos deseamos, pacífica y solidaria.

Ramón Castro exhortó a las distintas partes involucradas en la educación, el Estado, las organizaciones magisteriales, las instituciones educativas y la sociedad civil organizada, a “crear las condiciones propicias de diálogo y respeto mutuo para alcanzar el bien superior de la educación”.

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