Escuelas de Tiempo Completo no le dan votos a AMLO: Antorcha Campesina

Por: Carlos Blanco López

Vaya que, si algo tiene de razón la denominada Federación Nacional de Estudiantes Revolucionarias “Rafael Ramírez”, al pregonar que la cancelación del Programa de Escuelas de Tiempo Completo (FNERRR) se debe a que el gobierno morenista arribó a la conclusión de que los alumnos que se benefician de este programa no les representan votos para su partido.

Saben bien de lo que hablan los activistas de la FNERRR porque se encuentran inscritos en escuelas propiedad de la organización Antorcha Campesina, “que se construyen y se van formando bajo una lógica política que a menudo está determinada por procesos electorales, y por tanto se encuentran alejadas de procesos epistemológicos”.

Lo que son las cosas, la FNERRR es una organización de Antorcha Campesina fundada en 1974 por Aquiles Córdova Morán con la finalidad de “erradicar la pobreza en el país”, tal y como también lo asegura el partido Morena: “Primero los pobres”, lo que absolutamente nadie objeta.

En la página oficial de la organización www.antorchacampesina.org.mx, se puede leer, “Cuando empezamos a discutir cómo le íbamos a poner a esta nueva organización que queríamos formar, mi madre (Margarita Morán), que estaba cerca de allí, mencionó que había conocido una revista que se llamaba ‘Antorcha Campesina’ (…) pero, además, nos dijo: ‘si lo que ustedes quieren es ayudar al pobre, ayudar a los del pueblo en la oscuridad, pues pónganse Antorcha, porque ustedes son los que van a alumbrar a los campesinos en el camino oscuro en el que viven’

El caso es que a pesar de que Antorcha Campesina y Morena no se cansan de señalar que luchan por los pobres, a la fecha mantienen un enfrentamiento abierto, rudo, y no tanto porque la organización de Aquiles Córdova sea priísta, que algo hay de eso, sino por la animadversión que siente el presidente López Obrador por el dirigente nacional de Antorcha Campesina y personajes de su círculo cercano a los que la Unidad de Inteligencia Financiera les ha congelado cuentas bancarias.

Sobre la fundación de las escuelas de Antorcha Campesina mucho se ha escrito: cuentan con planteles de preescolar, primarias, secundarias, preparatorias, hasta universidades y una Escuela Normal.

Con el mito de ofrecer servicios educativos en zonas donde supuestamente no hay escuelas, de un día para otro aparecen “salones” improvisados, sin servicios básicos, ni siquiera bancas o butacas; con “maestros” que han sido formados y adoctrinados en su propia escuela normal publica “privada”.

En esos planteles inscriben a los afiliados a su organización, o a vecinos del lugar, exigiendo con sus métodos de presión a las autoridades municipales y estatales la construcción de espacios físicos, aulas, laboratorios, bardas perimetrales, canchas deportivas, el pago de los “maestros” de parte del gobierno estatal; el reconocimiento de su antigüedad y darles plaza de base a todos.

Otra estrategia para multiplicar “sus escuelas” es a través de la invasión de escuelas públicas oficiales, mediante la toma de edificios por padres de familia, azuzados por integrantes Antorchistas, argumentando conductas de nepotismo, maltrato a estudiantes, padres de familia, a docentes; malos manejos del dinero de la institución educativa, etc., con la finalidad de quitar a los directivos y colocar a integrantes de la organización. 

Los inmuebles que se construyen con dinero público, se hacen en terrenos de la organización; por lo tanto, los edificios, muebles, equipo, etc., se convierten de manera automática en propiedad de Antorcha.

Realmente las escuelas oficiales, administradas por antorchistas, son escuelas particulares de la organización que se sostiene con recursos públicos.

Sería interesante que la SEP pudiera detectar cuantos planteles administrados por Antorcha Campesina funcionaban bajo el programa de Escuelas de Tiempo Completo, y sobre todo implementar una serie de mecanismos que contribuyan a que los beneficios del programa La Escuela es Nuestra los disfruten verdadera y plenamente los alumnos de las escuelas de educación básica, y no dirigentes venales comprometidos con intereses partidistas. Eso es lo que no se vale.

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