Por. Carlos Blanco López
Esteban Moctezuma Barragán irrumpió en el escenario nacional través de un artículo que escribió para el periódico Milenio bajo el título, “Ser un buen ex”, donde emite una serie de comentarios del que se desprenden diversas interpretaciones.
El ex secretario de Educación y actual embajador de México en los Estados Unidos dejó patente que es un político formado en la vieja escuela política donde la lealtad al amigo y al proyecto político es una virtud forjada en acero, por eso aseguró que “ser un buen ex” dentro del servicio público enaltece.
En su opinión un buen ex, al concluir su responsabilidad, reconoce que el espacio político-administrativo que ocupaba es ya de alguien más y debe dejar de tratar de influir, inmiscuirse o dar guía a su sucesor.
Este concepto que guarda Esteban Moctezuma sobre el servicio público debe haber caído como balde de agua fría sobre la cabeza de los altos funcionarios que en los primeros meses del actual sexenio renunciaron al cargo que detentaban, como por ejemplo, Carlos Urzúa, en Hacienda, y Germán Cáceres, en el IMSS, cuestionando despechados acremente al gobierno de la 4t.
Ante las críticas a la política educativa implementada en los dos primeros años del sexenio, Moctezuma Barragán, rememora que lo primero que encontró el gobierno entrante en el 2018 fue a un magisterio enojado y desmotivado por el trato que había recibido, y al que algunas organizaciones privadas, con la anuencia del gobierno, culpaban del fracaso educativo, lo que a todas luces, en su opinión, resultaba injusto e inexacto.
En términos generales señala que durante el anterior sexenio se trató de transformar la educación aún a costa de privar de la vida a maestros disidentes, por lo que lo primero que hizo, antes de asumir la titularidad de la SEP, fue escuchar al magisterio para aprender muchas cosas.
Esteban Moctezuma asegura que fue sorprendente que a pesar de su enojo, las maestras y los maestros seguían mostrando su grandeza humana, su compromiso profesional y su enorme valía, por lo que se avocó a traducir en norma constitucional un ambicioso proyecto de revalorización del magisterio.
Bajo estos comentarios el ex secretario de Educación sigue develando que siente un profundo respeto y admiración por el magisterio nacional, aunque en su escrito enfatiza otra de sus grandes querencias: las niñas, niños, adolescentes y jóvenes, ante lo cual también trabajó para reconocer en la Constitución su papel de agentes fundamentales del proceso educativo.
Y en la aplicación de esta medida tuvo toda la razón porque: “Infancia es destino”.
En su artículo para Milenio Esteban Moctezuma le señaló de paso a la ex lideresa magisterial Elba Esther Gordillo, sin mencionarla por su nombre, que no fue un error cerrar las escuelas durante la pandemia, como lo aseguró recientemente la chiapaneca, porque de no haber suspendido las clases, explicó el ex titular de la SEP, habrían muerto medio millón de personas “que hoy nos acompañan en este viaje que es la vida”.
Y cerró su comentario sobre este tema con un dato que muchos ignoran. “¡el magisterio tenía más de 100 mil maestros y maestras mayores de 80 años!”