Por: Carlos Blanco López
Ante la serie de nombres que se han venido manejando para ocupar la titularidad de la Secretaria de Educación Pública, ante lo que parece la inminente salida de Delfina Gómez para irse al estado de México para disputarle la gubernatura al PRI en el 2023, aparece de manera sobresaliente el del ex rector de la UNAM, Juan Ramón de la Fuente, y del que no representa ninguna sorpresa: Luciano Concheiro, el actual subsecretario de Educación Superior, que desde cuando se frota la manos por despachar en el escritorio de José Vasconcelos.
Otra personalidad que cuenta con posibilidades de ser designada como secretaria de Educación es Rosaura Ruiz Gutiérrez, quien se desempeña actualmente como secretaria de Educación, Ciencia, Tecnología e Innovación, de la Ciudad de México.
En esa baraja también han incluido al polémico Marx Arriaga, el director de Materiales Educativos de la SEP, al que le ven posibilidades por la amistad que mantiene con Beatriz Gutiérrez, la esposa del primer mandatario.
Con relación a este proceso de sucesión en la titularidad de la SEP, el columnista de El Universal, Salvador García Soto, consideró que con el “nombre del nuevo secretario a quien designe el presidente López Obrador se definirá también el rumbo que tomará la educación pública en el país: si se ahonda en el modelo educativo ideológico e ideologizante que viene impulsando la 4T en estos cuatro años o si opta por mantener los equilibrios y la moderación en el sistema educativo nacional”.
Desde este mirador se aprecia que la información y comentarios de García Soto tan solo forman parte de una estrategia política impulsada desde el cuarto de guerra de uno de los precandidatos presidenciales de Morena para forjar la impresión entre la opinión pública que en el nombramiento del próximo titular de la SEP se manejan dos posturas: la de Claudia Sheinbaum que desea que al frente de la SEP se designe a un titular que garantice el modelo ideológico que viene impulsando el gobierno de la 4T, y la del canciller Marcelo Ebrard que opta por un próximo titular que mantenga los equilibrios y la moderación en el sistema educativo.
Es de estimarse que el presidente López Obrador no dudará en colocar al frente de la SEP a un político de su absoluta confianza que le garantice el modelo ideologizante, y eso lo sabe muy bien el canciller Marcelo Ebrard, el cual seguramente está consciente de que el ex rector de la UNAM, Juan Ramón de la Fuente, de ninguna manera aceptaría hacerse cargo de una SEP que ha padecido recortes en una serie de programas educativos sustantivos para asignar, a cambio, becas con fines clientelares.
Juan Ramón de la Fuente cuenta con una larga trayectoria académica en la máxima casa de estudios y en el servicio público, y es de valorarse que como educador nato de ninguna manera le atraería culminar su carrera en el servicio público como un secretario de Educación acotado en el presupuesto y en su desempeño como responsable de la educación nacional, y rodeado de funcionarios que se han distinguido por ejercer su función siguiendo instrucciones de Palacio Nacional, dejando en calidad de florero al titular de la SEP.
En el hipotético caso de que arribara Juan Ramón de la Fuente a la SEP el propio presidente López Obrador alteraría su proyecto de sucesión presidencial, en tanto que el ex rector de la UNAM cuenta con una amplia red de simpatizantes en todas las fuerzas políticas, entre organizaciones sociales y poderosos empresarios como Carlos Slim, que no dudarían en brindarle todo su apoyo al distinguido universitario que en el 2006 fue buscado por varios partidos para que aceptara ser su candidato presidencial.
Tan sabe López Obrador lo que representa Juan Ramón de la Fuente que por eso al inicio de su sexenio lo envió lejos del país designándolo como representante permanente del gobierno de México ante la Organización de las Naciones Unidas.
La mejor carta con que cuenta el presidente López Obrador en función de su proyecto de sucesión presidencial es Rosaura Ruiz Gutiérrez, la secretaria de Educación del gobierno de la ciudad de México, gobernada por Claudia Sheinbaum, lo que además confirmaría que su única apuesta para sucederlo en el 2024 es precisamente sin la menor duda: la jefa de gobierno de la CDMX.
Además, Rosaura Ruiz cuenta con cierta presencia en la UNAM, ya en dos ocasiones ha buscado ser rectora de la máxima casa de estudios.
En lo que toca a lo que dice el periodista Salvador García Soto en su columna de hoy titulada: “La SEP y la educación, en medio de la sucesión”, también hay que observar que el canciller Marcelo Ebrard se anota un hit político al valerse del periodista para soltar la versión de que el ex rector Juan Ramón de la Fuente está “claramente vinculado a Marcelo Ebrard y su proyecto”.
Lo que hasta el momento no lo ha desmentido el ex rector de la UNAM, que en los últimos días se valió de una columna política para señalar exclusivamente que lo cierto es que Juan Ramón, “quien preside además el Comité contra la proliferación de las armas nucleares, continuará en Nueva York por lo menos hasta que concluya el periodo para el que nuestro país fue electo como miembro de dicho Consejo, el 31 de diciembre de 2022”.