Ciudad de México.- Integrantes de la sección 9 del SNTE agrupados en la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), se manifestaron en las instalaciones del Tribunal Federal de Conciliación y Arbitraje (TFCA), con el propósito de interponer una queja signada por maestros de la ciudad de México para solicitar se anule el proceso electoral celebrado el pasado 14 de junio, impugnado y se realicen las gestiones necesarias para que en breve término se reponga el proceso electoral, desde la publicación de la convocatoria hasta la realización de la jornada electoral.
Los maestros sustentan su demanda con los argumentos siguientes:
-Impusieron un reglamento a modo para la elección de dirigencias seccionales y contraviniendo sus estatutos y la reforma laboral del 2019.
-Impidieron el registro de la planilla roja democrática 9, mediante diversas estrategias como cambiar la sede del Comité Nacional Electoral sin aviso y no recibir la documentación.
-No hicieron público el padrón de electores.
-A través de directores y supervisores charros indujeron y obligaron a las maestras y maestros a acudir a las sedes, con la consigna de que votaran por las planillas charras, a cambio de prebendas, boletos para bailes y promesas de gestoría.
-Contrataron provocadores y golpeadores para resguardar las sedes de votación, quienes agredieron e intimidaron a las maestras y maestros democráticos que se movilizaron frente a las sedes de votación para protestar contra el evidente fraude electoral sindical.
-Al finalizar los tiempos de la votación, con datos que no son congruentes con el reducido número de votantes recibidos, inflaron y manejaron a su antojo el número de votantes; que por cierto sólo representó el 25% de los más de 48 mil agremiados. Estos hechos sobre la elección sindical de la sección 9, sin omitir las otras realizadas en las demás entidades y secciones del país, desnudan y pintan de cuerpo completo la catadura del cartel del SNTE.
-Este proceso de elección de la dirigencia de la sección 9 y su resultado decretado por los charros, carece de legitimidad, política y éticamente es contrario a los genuinos intereses de la base magisterial, de las y los estudiantes; y también de las madres y padres de familia.