Padres de familia y alumnos denuncian irregularidades graves en la Escuela Normal Rural de Tenería

Estado de México. – Alumnos y padres de familia de la Escuela Normal Rural “Lázaro Cárdenas del Río”, ubicada en Tenería, Estado de México, denunciaron una serie de hechos constitutivos de presuntos delitos y violaciones a los derechos humanos, cometidos en contra de la comunidad de esa institución educativa.

A través de una carta dirigida al director editorial del portal electrónico veceversanoticias.com, Miguel Alvarado, los padres de familia y alumnos, informaron que, desde el 2011, si no es que antes, muchas cosas raras empezaron a suceder al interior de la Institución, pero nadie entendía las razones del porqué y al principio, se pensó en un primer factor debido al cambio del Plan y Programas de estudio, ya que éstos no respondían a las necesidades y características de una normal rural con modalidad de internado.

Indicaron que, con el paso de los años, hoy en día se observan cosas demasiado graves que por miedo mucha gente no denuncia, incluyendo a padres de familia, alumnos, docentes, directivos y trabajadores de la educación.

Entre los aspectos más prominentes, los denunciantes enumeraron 43 hechos graves, entre ellos que quienes integran el Comité Estudiantil, tratan como gañanes a los aspirantes de nuevo ingreso, utilizando palabras altisonantes, los amenazan, los minimizan, los intimidan, los acosan sexualmente, los golpean, les quitan sus pertenencias. “Y a quien tiene una discapacidad, problemas de obesidad, o es de otra preferencia sexual de plano le dicen que se largue, que ese espacio no es para ellos y lo corren de la escuela”.

Además de que, “A la escuela normal sólo ingresan jóvenes que le caen bien al Comité, recomendados de amigos y familia, sin faltar los recomendados por los directivos, a los que se les conoce como El Che, El Chaque, La Vaca, y gente de confianza; sumado a que, “En el curso propedéutico las cosas se ponen más de color de hormiga. Ahí se puede observar maltrato psicológico y físico; los jóvenes son tratados como animales, no los dejan dormir, no les dan sus alimentos poniéndolos así a trabajar o a correr, dejan que se hagan del baño en la ropa, no los dejan asearse, los golpean brutalmente al grado que muchos de ellos han quedado paralíticos, mal de sus extremidades como piernas y cadera, o han perdido algún órgano interno de su cuerpo”.

Agregaron que, al comenzar el “Ciclo escolar todo parece haber terminado, pero el martirio inicia para los jóvenes de nuevo ingreso. Las comisiones son mayores, hacen guardia toda la noche y no tienen derecho a protegerse de las inclemencias del tiempo, están sin comer, sin dormir, y cuando entran a clases, por el desgaste físico todos se pasan la mañana entera durmiendo. “Durante todo el ciclo escolar, no tienen derecho a ir a su casa o de recibir visitas familiares, no pueden usar celular, se vuelven los mandaderos y son quienes hacen lo que la base estudiantil y el Comité quiere (como hacer el aseo de dormitorios, baños, limpiar zapatos, ir por bebidas alcohólicas, e inclusive se comenta que hasta drogas)”.

La carta agrega que, “Se tiene conocimiento que a los alumnos que infringen las normas racistas y clasistas impuestas por el Comité se les pone sanciones económicas que muchos de ellos no pueden pagar, ya que provienen de familias de escasos recursos económicos: y que, para que un alumno goce de privilegios especiales como no ir a clases, entre otras cosas más, tienen que dar una cuota hasta de cinco mil pesos. “A aquellos que no pueden pagar sanciones, son encerrados en un socavón, a otros los amarran ahí mismo hasta por un mes y no los dejan hacer sus necesidades, les dan de comer sobras de las que destinan para los puercos y los golpean”.

De igual forma remarcaron que, “Muchos de los jóvenes que han sido golpeados gravemente y que han quedado paralíticos o perdido alguno de sus órganos internos, son amenazados para que no denuncien ante las autoridades lo acontecido, y cuando eso llega a pasar, compran a los licenciados y a los jueces, o callan a los padres de familia con dinero, porque denuncias hay y muchas, pero por estas razones no han procedido”.

Aseguraron que, al final de cada semestre, aunque la mayoría de los alumnos no entren a clases nunca, por órdenes del Comité y de los directivos, obligan a los docentes a poner a todos una calificación mínima de 7, inclusive hasta los fantasmas, porque muchos están matriculados, pero no están en la escuela. “Los integrantes del Comité Ejecutivo Estudiantil, aunque nunca entran a clases, se autoevalúan ellos mismos poniéndose la calificación más alta de 10, y a sus allegados o de apoyo, de 9 para abajo”.

La lista enviada por los padres de familia continúa hasta sumar 43 incidencias que en su relato son graves, vistas desde cualquier ángulo, motivo por el que solicitaron a las autoridades correspondientes actuar en consecuencia y llegar hasta sus últimas consecuencias en beneficio del normalismo rural y su proyecto original.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *