Por: Antonio Díaz Herrera
Ciudad de México. – LA UNAM elaboró el Manual sobre Trata de Personas, a solicitud de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), a fin de que el sistema de justicia de nuestro país cuente con mejores herramientas jurídicas y científicas que permitan abatir este flagelo que representa una de las violaciones más graves a los derechos humanos.
El manual fue elaborado por la Catedra Extraordinaria sobre Trata de Personas, que coordina Mario Luis Fuentes Alcalá, investigador del Programa Universitario de Estudios del Desarrollo, y será motivo de reflexión y análisis durante el Seminario Permanente sobre Violaciones Graves a los Derechos Humanos: diálogos en torno al Manual sobre Trata de Personas.
Sobre este particular, la directora del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, Mónica González Contró, al inaugurar los trabajos del Seminario subrayó la importancia de estrechar los lazos de cooperación con la SCJN para generar este material y abrir espacios académicos para la discusión en torno a este complejo fenómeno.
“Este Seminario, dijo, es una muestra muy importante sobre cómo debe constituirse una colaboración entre la academia y los órganos encargados de impartir justicia, para dar respuesta a los enormes desafíos que nos presenta nuestra realidad, como es la trata de personas”.
Añadió que, este problema involucra el traslado de personas -a través de varios países- y representa desafíos sustanciales en cuanto a su detección; es una transgresión que se comete a la sombra, en la cual las víctimas están amenazadas y es difícil que denuncien, precisamente porque implica su subordinación ante quien comete el delito.
Por su parte, la titular de la Unidad General de Conocimiento Científico y Derechos Humanos de la SCJN, Alejandra Rabasa Salinas, resaltó el orgullo que representa participar con la UNAM y con sus instituciones para acercar el conocimiento y una visión interdisciplinaria a la Judicatura Federal y a la toma de decisiones en el sistema de justicia.
Subrayó que, como se demuestra en el Manual este crimen requiere de esa manera de abordarlo y de un diálogo abierto entre las distintas disciplinas para entender este fenómeno tan complejo y que tiene vertientes, las cuales requieren de la colaboración de todas aquellas instituciones que se relacionan con la agenda de seguridad pública, pero también con la de procuración e impartición de justicia.
Rabasa Salinas explicó que este acto es una oportunidad inmejorable para abrir el diálogo y la discusión entre academia, Judicatura y sociedad civil para escuchar propuestas encaminadas a poner un freno a este grave asunto.
Anotó que no puede atenderse de manera segmentada, toda vez que, casi siempre, cuando llega al ámbito de la Judicatura, trae detrás una serie de estrategias fallidas en donde se incluyen los delitos asociados y los factores de vulnerabilidad de las víctimas.
Precisó que, cuando llega a la Judicatura como máxima instancia de impartición de justicia, es porque atrás hay una serie de instituciones y mecanismos de prevención que han fallado y que terminan reforzando el delito y las problemáticas conexas que genera la trata de personas, enfatizó.
Indicó que, la mirada de la Judicatura Federal tiene que ser capaz de dimensionar la complejidad del diálogo entre disciplinas que deben juntarse para comprender este fenómeno y, sobre todo, para escuchar claramente los problemas de los afectados, entender quiénes son, además de saber cómo puede prevenirse el ilícito.
“Que la justicia tenga también un carácter disuasivo, con mecanismos de prevención que atiendan los factores estructurales que se conjuntan para que exista la trata de personas, y se analice con una mirada interseccional en todo momento”, manifestó.
Más tarde, Mario Luis Fuentes Alcalá, titular de la Cátedra Extraordinaria Trata de Personas, de la UNAM, detalló que el Manual busca constituirse en un instrumento didáctico para fortalecer la labor judicial; debe estar abierto al diálogo y a una revisión crítica sobre la manera en que se imparte justicia en nuestro país.
Puntualizó que, “El documento, como todo manual, debe someterse a discusión y a una constante actualización con las aportaciones de los especialistas interesados, con la idea de que se convierta en una valiosa herramienta que complemente la reflexión de los que imparten justicia y permita encontrar respuestas a cómo detenemos las violencias”.
Detrás de este, agregó, hay una obsesiva convicción de que una efectiva impartición de justicia es el instrumento por excelencia para romper con el ciclo de agresiones.
Fuentes Alcalá, quien fue director general del DIF, consideró que como parte de las discusiones también se debe trascender el lenguaje jurídico de quienes imparten justicia y utilizan conceptos y términos específicos. Los lenguajes de las ciencias profundizan, pero también aíslan; por eso es importante sumar todos y las visiones posibles, incluida la ciencia política o la filosofía crítica que conlleva a una reflexión social.
Aseguró también que, se requiere de una visión más amplia que ayude a comprender a todos, la urgencia de detener las violencias extremas llamadas trata de personas.