“Pellizcos” a LEEN garantizan votos a favor del Primer Mandatario; PETC no sirve electoralmente

Por: Carlos Blanco López

La decisión del presidente López Obrador de cancelar el programa de Escuelas de Tiemplo Completo, porque no es una determinación que haya tomado por la libre la titular de la SEP, Defina Gómez, está siendo ampliamente cuestionada por múltiples organizaciones sociales y fuerzas partidistas, que insisten en que se reestablezca este programa que ofrecía un horario extendido y alimentos a más de tres millones 600 mil alumnos de educación básica, además del pago de horas extras al personal docente que laboraba en estos planteles.

La cancelación de este programa se requiere analizar desde diferentes ángulos, pero para atender lo que ocurre basta con poner atención al contexto en que se anuncia su desaparición: a escasas semanas de que se verifique la votación para la revocación del mandato del presidente López Obrador.

En una primera reflexión no faltará quien valore que la cancelación del programa provocará que los padres de familia que tenían inscritos a sus hijos en las escuelas de tiempo completo acudirán a las urnas para votar en favor de que se vaya el jefe del Ejecutivo federal. Tal vez lo haga un 30 por ciento de los paterfamilias de los 26 mil planteles en los que funciona el PETC. Tal vez.

Los que seguramente votarán a favor de que López Obrador siga habitando en Palacio Nacional será el 70 por ciento de los padres de familia que tenían a sus hijas e hijos en los planteles de tiempo completo radicados en las áreas rurales.

Por qué, por una razón bien calculada por el gobierno federal morenista, porque si bien sus hijos ya no disfrutarán de alimento y horario ampliado, a cambio los Comités Escolares, integrados por padres de familia y maestros, recibirán del programa La Escuela es Nuestra (LEEN), “sin intermediarios”, cientos de miles de pesos para “contratar” a personal que remodele las escuelas, bajo un sistema de comprobación de gastos y de supervisión de obra, que deja  mucho que desear, lo que da pie a un manejo irregular de los recursos, en donde alguien está saliendo “beneficiado” ya sean los integrantes de los Comités Escolares o los contratistas.

Recientemente la Auditoria Superior de la Federación (ASF) reportó que el programa La Escuela es Nuestra tuvo irregularidades en sus gastos de 2020, en tanto que encontró que unos mil 757 planteles no demostraron que más de 573 millones de pesos hayan sido usados para mejorar las condiciones de infraestructura y equipamiento de estas escuelas.

La ASF considera que la raíz de esta irregularidad es la “falta de un mecanismo de control, supervisión y seguimiento de los apoyos otorgados”.

Corolario: se cancela el programa de Escuelas de Tiempo Completo, para reorientar los recursos que lo mantenían activo, a otro programa, el de la Escuela es Nuestra, para que padres de familia y docentes a través de las redes de Siervos de la Nación, administren de manera directa y sin “intermediarios” cientos de miles de pesos, bajo una dinámica en la que le pueden dar un “pellizco” a los recursos sin temor a ser sancionados por el gobierno federal morenista.

Los “pellizcos”, como los millones de becas que se entregan bimestralmente a un gran porcentaje de la población sirven para “motivar” votos a favor de que López Obrador se fortalezca con el apoyo popular.

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