Por: Carlos Blanco López
Con la intención de demostrar su nivel de relaciones políticas, el ex dirigente nacional del SNTE, Rafael Ochoa Guzmán, multiplicó en las redes sociales que sostuvo una “excelente” reunión de trabajo con el morenista Ricardo Monreal, coordinador de la Junta de Coordinación Política del Senado.
El político sindicalista veracruzano relata que habló con Monreal acerca de la importancia de la “renovación de la dirigencia del SNTE”, pero eso es irrelevante, lo que en realidad busca Ochoa Guzmán es llamar la atención de Palacio Nacional.
Quiere dejar patente su cercanía con el ex gobernador de Zacatecas dentro del contexto en que un juez de distrito otorgó un amparo a José Manuel del Río Virgen, secretario técnico de la Jucopo, preso en Pacho Viejo, por su presunta participación intelectual en el homicidio de Remigio Tovar, candidato de Movimiento Ciudadano a la alcaldía de Cazones de Herrera.
El otorgamiento del amparo, que coloca en el camino de la libertad a Del Río Virgen, representa un golpe político para el gobernador de Veracruz, Cuitláhuac García, enfrentado desde hace tiempo con el legislador Monreal, dentro de la disputa que prevalece en Morena por la candidatura de este partido a la Presidencia de la República.
Del encuentro de Ochoa Guzmán con Ricardo Monreal se puede asegurar que con ello ese político sindicalista veracruzano, forjado en la vieja guardia política, además de evidenciar la lejanía que mantiene con Cuitláhuac García, y de que ha fortalecido sus lazos con Dante Delgado, de Movimiento Ciudadano, en realidad busca que se le abran las puertas de la secretaría de Gobernación para arribar a un acuerdo que lo favorezca políticamente.
Es decir que lo “inviten” a regresar al redil de los intereses del presidente López Obrador, bajo una negociación en la que él se “comprometa” a trabajar política y electoralmente con su organización “32 por la Reivindicación del Magisterio” en favor de los candidatos afines a Palacio Nacional.
Y en el cortísimo plazo para que haga labor de proselitismo entre los maestros que todavía lo siguen para que participen el 10 de abril en la consulta por la revocación del mandato del presidente López Obrador y le refrenden su respaldo.
De Ochoa Guzmán nadie duda que es un “experimentado operador electoral”, pero lo que pocos saben es que su fuerza y presencia al interior del magisterio nacional, con el paso del tiempo, ha venido a menos y no son pocos los maestros que aseguran que el ex dirigente es un “cartucho quemado”.