Ramírez Amaya recibe a la CNTE por intereses político electorales

Por: Carlos Blanco López

Faltan escasos tres meses para que agarre mayor presión la temporada electoral en el Estado de México y en Coahuila para renovar la gubernatura de ambas entidades, y llegado ese escenario será aprovechado por las diferentes fuerzas partidistas para detonar conflictos políticos para tratar de influir en el ánimo de los electores a favor de tal o cual partido político, y en ese contexto es previsible que de igual forma diversos actores busquen agitar tanto al magisterio institucional como al disidente para favorecer al candidato de sus preferencias políticas, sin importar que esto impacte al sistema educativo.

Esta situación seguramente la tiene visualizada la flamante titular de la SEP, Leticia Ramírez Amaya, en tanto que no fue gratuito que hace una semana recibiera en sus oficinas a liderazgos de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), previa instrucción del presidente López Obrador, luego de que fue “interceptado” por un contingente de la Coordinadora en el Paseo de la Reforma, luego de una ceremonia en el bosque de Chapultepec.

En política nada es casual ni mucho menos gratuito.

Del encuentro con los liderazgos sobresalientes de la CNTE que dialogaron con Ramírez Amaya, como Pedro Gómez Báhamaca, de la sección 7 de Chiapas, y Gamaliel Guzmán, de la sección 18 de Michoacán, brilló por su ausencia el dirigente de la sección 22 de Oaxaca, Eloy López Hernández, lo que denota que la dirigencia seccional oaxaqueña no estuvo de acuerdo con que se llevara a cabo esta reunión por diversas razones, una de ellas, se podría especular, porque no fue analizado, consensuado y aprobado el encuentro  en una previa Asamblea Nacional Representativa, sino cuando quiso el jefe del Ejecutivo Federal.

Esto no significa que los liderazgos que asistieron a la cita en la SEP no estén facultados para resolver la problemática que presentan sus representados, sino que tan solo esta situación habla del divisionismo que se vive al interior de la CNTE, y que en el caso de que los líderes que estuvieron en la SEP busquen emprender acciones de protesta robustas carecerán del respaldo del contingente oaxaqueño, el mejor cohesionado de la Coordinadora.

Pero al margen del divisionismo que se registra al interior de la Coordinadora se aprecia que hay intereses exógenos que buscan influir entre la disidencia para agitar las aguas y generar un ambiente de confrontación y desacuerdos con la autoridad educativa, que en esta etapa buscará a toda costa limar asperezas y reencauzar el mayor número de demandas laborales y sindicales que quedaron pendientes desde diciembre del 2019.

Al gobierno federal, a la autoridad educativa, le interesa neutralizar toda divergencia con la disidencia magisterial para evitar precisamente que esos intereses exógenos intenten capitalizar todo descontento que prevalezca entre el magisterio disidente para llevar agua hacia su molino y captar votos de descontento que favorezcan a la oposición.

Los dirigentes seccionales de Chiapas y de Michoacán lo saben y buscarán aprovechar este escenario para resolver todo tipo de demandas. El chiapaneco Gómez Báhamaca la tiene difícil frente a un gobernador como Rutilio Escandón, que, con toda razón, se niega a compartir la rectoría educativa con la disidencia

Tampoco tiene el camino allanado el dirigente michoacano Gamaliel Guzmán, porque el gobernador Alfredo Ramírez Bedolla, por compromisos partidistas, le sigue dando juego a la denominada sección 18 Poder de base, que coordina Benjamín Hernández, quien en los últimos días ha estado buscando afanosamente una entrevista, sin lograrlo, con la nueva titular de la SEP, Leticia Ramírez Amaya.

Si la secretaria de Educación sostiene una reunión con Benjamín Hernández, eso será una mala señal para la sección 18 que encabeza el centista Gamaliel Guzmán.

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