Reformas a la USICAMM: producto de diputados ociosos de Morena

Por: Carlos Blanco López

Las recientes reformas impulsadas por los diputados morenistas a la ley general del Sistema para la Carrera de las Maestras y los Maestros para, entre otras cuestiones, garantizar el ejercicio del derecho de las y los docentes a la democracia y libre sindicación, no es otra cosa que una ocurrencia producto de la ociosidad y del desconocimiento que tienen de la Carta Magna los legisladores del movimiento de la cuarta transformación.

Por una sencilla razón la libre sindicación o libre sindicalización es corolario natural del derecho de asociación que se encuentra garantizada desde hace años en la Constitución en las fracciones XVI y X, apartados A y B, respectivamente, del artículo 123.

En la primera fracción, se asegura que: “tanto los obreros como los empresarios tendrán derecho para coaligarse en defensa de sus respectivos intereses, formando sindicatos, asociaciones, profesionales”, etc., mientras que la fracción décima, estipula: “Los trabajadores tendrán el derecho de asociarse para la defensa de sus intereses comunes…”

Las “reformas” a la ley del USICAMM ya fueron aprobadas en el Palacio Legislativo de San Lázaro y en consecuencia turnadas al senado para su análisis y aprobación. ¿Habrá que ver qué opina el zacatecano Ricardo Monreal?

Bueno, tan está garantizada la libre sindicalización en México que recientemente las autoridades laborales le dieron la toma de nota al denominado Sindicato Nacional del Sector Educativo (SNSE), organizado por el inefable Juan Iván Peña Neder.

Hasta Carlos Jonguitud Carrillo tiene su propia organización: el Sindicato de Trabajadores para la Educación.

No es por nada, pero los legisladores de Morena deben de tomar un curso urgente de derecho constitucional. Su desconocimiento de la Carta Magna también se apreció cuando hace unos días aprobaron una serie de reformas a la ley Minera para reconocer el litio como patrimonio de la nación.

Ese procedimiento legislativo tampoco hacía falta porque en el artículo 27 se establece que corresponde a la Nación el dominio directo de “…todos los minerales o substancias que se encuentren en vetas, mantos, masas o yacimientos…”

Y si los diputados morenistas andan legislando sin tener conocimiento de lo que ya está establecido en la Constitución, también resultó simpático, por decirlo así, observar las reacciones que se registraron ante las “reformas” a la ley de la USICAMM para “garantizar” la libre sindicalización, como la del ex secretario general de la sección 15, Moisés Jiménez Sánchez.

El sindicalista hidalguense puso el grito en el cielo y aseguró que la libertad sindical que proponen los diputados morenistas es una trampa, “un dardo envenenado porque lleva a la pulverización, la división, la balcanización” del SNTE.

¿Cuál trampa?, si como ya se hizo mención, la libertad de sindicación existe desde hace años en México, y a la fecha no se ha registrado ningún proceso de “balcanización” del SNTE.

Que no venga Jiménez Sánchez con la tontería de que el sindicato magisterial más grande y poderoso de México corre el riesgo de pulverizarse, en tanto que eso es lo que menos desean sus agremiados, no digamos sus actuales dirigentes, que al igual que Jesús Robles Martínez, Carlos Jonguitud Barrios, Elba Esther Gordillo, manejan las cuotas millonarias de los maestros como se les da la gana.  

¿A poco creen que a los actuales dirigentes del SNTE les gustaría “administrar” un sindicato pulverizado, chiquito….?

O en su defecto, ¿creen que, al gobierno federal en turno, a mitad del sexenio, se le ocurriría involucrarse en la aventura de despedazar al SNTE que en el 2024 le puede ser muy útil en cuestiones electorales?

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