Por: Antonio Díaz Herrera
Ciudad de México. – En el marco del 56 aniversario de la masacre del 2 de octubre de 1968, miles de estudiantes e integrantes de organizaciones sociales, populares y sindicales, marcharon de la Plaza de las Tres Culturas al Zócalo.
La protesta fue encabezada por integrantes del Comité del 68 Pro Libertades Democráticas, quienes consideraron un “gran avance” la disculpa pública que efectuara por la mañana durante su conferencia de prensa, la presidenta Claudia Sheinbaum.
A su arribo a la Plaza de la Constitución, un grupo de jóvenes vestidos de negro y con pasamontañas o capuchas, vandalizaron la fachada de la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México, lugar donde en busca de proteger el edificio, arribó un numeroso grupo de elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana portando cascos y escudos.
Los jóvenes que manifestaron pertenecer al Bloque Negro Anarquista, arrojaron piedras, cohetones, bombas molotov y latas vacías de aerosol sobre los uniformados, a quienes agredieron también con palos, al tiempo que les gritaban ¡Asesinos! ¡Asesinos!
Artefactos explosivos, fueron arrojados también a la fachada de Palacio Nacional, el Palacio Postal, el Banco de México y la Catedral Metropolitana; mientras que la taquilla de la estación Tlatelolco del Sistema de Transporte Colectivo Metro fue incendiada.
Fue de llamar la atención que, sobre la valla metálica que se instaló para proteger Palacio Nacional se pintara la leyenda: “Harfuch=CJNG, Narco de mierda, ¡Ejército Asesino! Cártel de Sinaloa”.
Tras los disturbios paramédicos del Escuadrón de rescate y Urgencias Médicas (ERUM) acudieron al Centro Histórico para atender a los policías que resultaron lesionados.
En el interior de la República, se registraron réplicas en Monterrey, Nuevo León, donde el Frente Popular Tierra y Libertad, organización a fin al Partido del Trabajo (PT), organizó una marcha que arribó a la explanada de Los Héroes.
En Tantoyuca, Veracruz, un grupo de militantes del Frente Nacional de Lucha por el Socialismo (FNLS), bloqueó la carretera a la altura del poblado de San Sebastián, para recordar el movimiento estudiantil de 1968 y exigir la presentación con vida de quienes fueron dirigentes del Ejército Popular Revolucionario (EPR), Gabriel Alberto Cruz Sánchez y Edmundo Reyes Amaya.
También en Zacatecas, cientos de estudiantes marcharon por calles del Centro Histórico de la capital, exigiendo que nuca más se utilice a las instituciones del Estado para reprimir al pueblo.
En Oaxaca, estudiantes normalistas marcharon de la Calzada Madero hacia el Palacio de Gobierno, y la sección 22 del SNTE-CNTE, difundió un comunicado en donde manifestó que, la masacre del 2 de octubre de 1968 en contra del movimiento estudiantil, es uno de los crímenes más atroces de la historia de nuestro país.
Recodó que, aquel día los estudiantes se manifestaban pacíficamente, levantando la voz por justicia, democracia, educación y derechos fundamentales, en la Plaza de las Tres Culturas en Tlatelolco y que en ese acto lamentablemente fueron asesinados cientos de estudiantes por las fuerzas castrenses, bajo las órdenes de Gustavo Díaz Ordaz.
Anotó que, en aquel operativo denominado “Operación Galena” participaron órganos de gobierno, el ejército mexicano y el grupo paramilitar “Batallón Olimpia”, dejando en claro que la represión fue sistemática en contra de la lucha estudiantil, además de utilizar tácticas de contrainsurgencia.
Añadió que, a pesar de ello las luchas estudiantiles son un referente importante en nuestro país, son los estudiantes quienes, con su valentía, han encabezado movimientos por la búsqueda de justicia social, pero, lamentablemente la represión en su contra ha sido la más brutal, no es coincidencia que también a los 43 estudiantes de Ayotzinapa los desapareció el Estado y el ejército mexicano.
Subrayó que, la repetición de estos hechos a lo largo de nuestra historia demuestra que la represión por parte del estado no ha cesado, y que el uso de las fuerzas armadas para sofocar la protesta social es una constante inaceptable, por ello es importante mantenernos vigilantes ante la actual militarización del país.
Remarcó que, a 56 años de la masacre a los estudiantes, ni un gobierno en turno ha procurado justicia por los caídos y castigo para los responsables, lo que nos deja en claro que la clase política sea del partido que sea, solo protegerán sus intereses y no velarán por los derechos del pueblo. Por ello continuaremos saliendo a las calles para exigir justicia y castigo.