¿Se va Delfina, y Luciano se frota las manos?

Por: Carlos Blanco López

En estos momentos entre los altos funcionarios de la SEP predomina el nerviosismo tras de que el dirigente nacional de Morena, Mario Delgado, anunció que el 20 de julio se dará a conocer al organizador de los comités de participación de este partido en el Estado de México, porque ese será él o la próxima candidata al gobierno mexiquense del partido guinda.

De resultar elegida la actual titular de la SEP, Delfina Gómez, le quedarían prácticamente 36 días como secretaria de Educación, por lo que algunos subsecretarios, principalmente Luciano Concheiro, debe estar haciendo lo propio para que el presidente López Obrador lo promocione para arribar al despacho donde se encuentra el escritorio de José Vasconcelos.

El hecho de que Luciano Concheiro tomara la estafeta de la titularidad de la secretaria de Educación Pública de ninguna manera beneficiaría políticamente al proyecto transexenal de López Obrador.

Y no es por hacerle pasar un mal rato a Luciano Concheiro, pero solamente los grupos empresariales, asociaciones seglares y la Conferencia del Episcopado Mexicano, y no se diga los partidos de oposición, saltarían de la alegría si el subsecretario de Educación Superior fuera colocado al frente de la SEP, porque a dos años de las elecciones presidenciales, aprovecharían ese nombramiento para pregonar a los cuatro vientos que el gobierno de López Obrador está conduciendo al país hacia el comunismo.

Para que se piense eso el mismo Luciano Concheiro aportaría esos elementos, bastaría con recordar aquella ocasión en que durante una sesión del Colegio Nacional el funcionario expresó lo siguiente: “Hay que ir más allá de la lucha contra el modelo neoliberal y más allá de una transformación democrática del régimen político. Debemos proponernos el comunismo, como sociedad emancipada de toda explotación del ser humano y destrucción de la naturaleza”.

Esa expresión de Concheiro fue sumamente cuestionada por la oposición, incluso el subsecretario de Educación Superior recibió un llamado de atención por parte del entonces secretario de Educación, Esteban Moctezuma, quien señaló que cuando “alguien declara sobre alguna ideología, tiene que tener muy claro que la SEP, como institución, y el servicio público, como actividad, es algo que no se puede dejar colgado en el armario y salir con declaraciones, aunque sea en un grupo íntimo de académicos o amigos, ya que siempre se relacionará a la persona que está expresando algo con su cargo”.

Luciano Concheiro tiene un gran problema porque jamás ha olvidado sus años de militancia en el Partido Comunista de México, ni siquiera porque en 1989 cayó el Muro de Berlín y en 1991 desapareció oficialmente la Unión Soviética, lo que marcó la inviabilidad y el fracaso del comunismo o del socialismo, pues.

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