A la infinidad de críticas que se registran en cascada contra las políticas públicas emprendidas por el gobierno de López Obrador en materia económica, de seguridad pública y de salud, en lo que corresponde al sector educativo queda constancia de que en los tres primeros años de gobierno el sector educativo, a diferencia de sexenios anteriores, ha funcionado sin la paralización de actividades en los planteles educativos de las entidades del sureste del país, como Oaxaca y Chiapas, bajo el control de los contingentes disidentes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la educación (CNTE), como resultado de que el gobierno de la 4T derogó la denominada Reforma Educativa “punitiva” peñanietista.
Todavía queda mucho por resolver para limar asperezas entre el gobierno de la 4T y la disidencia de la CNTE, como, por ejemplo, las divergencias que prevalecen en torno a la USICAMM y el mecanismo para el pago de las pensiones como resultado de que el magisterio se resiste a que el pago sea a través de la UMA y exige que la remuneración sea en salarios mínimos, a lo que habrá que incluir la irregularidad que se presenta para el desembolso de la nómina a los maestros estatales de Michoacán o Guerrero.
Dentro de este contexto hoy la dirigencia nacional del SNTE publica un desplegado en La Jornada donde expresa su “más amplio reconocimiento” al presidente López Obrador “porque en estos tres primeros años de gobierno ha puesto bases sólidas para impulsar el desarrollo de la nación”.
En su desplegado celebra una nueva legislación educativa que fortalece a la escuela pública, garantiza el derecho a la educación de las niñas, los niños y jóvenes del país, y establece los primeros contenidos para avanzar en la reivindicación y certeza laboral del magisterio.
Hace mención a la nueva legislación laboral que potencia la democratización del sindicalismo mexicano, “en donde los trabajadores, a través del voto directo, elegimos de manera libre, personal y transparente a nuestros representantes sindicales”.
Cierto, ya inicio el proceso de “democratización” en los Comités Seccionales y prevalece el compromiso de Cepeda Salas de renovar la dirigencia nacional en el 2024, en lo que no están de acuerdo dos agrupaciones afines a Elba Esther Gordillo: Maestros por México y el Movimiento Nacional por la Transformación Sindical, que a la fecha no han logrado acuerpar el apoyo del magisterio nacional, ni del institucional, ni del disidente.
Y si bien, el CEN del SNTE celebra los tres años de gobierno de López Obrador, por el lado de la disidencia, la dirección política nacional de la CNTE hasta el momento ha evitado hacer algún comentario sobre la culminación de la mitad del periodo de gobierno de la 4T, salvo el Consejo Central de Lucha de la sección 36 del Valle de México que ayer denunció en las redes sociales que el SNTE se activó para llevar hoy a la plaza de la Constitución a un contingente de acarreados al viejo estilo corporativista, considerando además que el gobierno de López Obrador desilusionó al magisterio porque es más de lo mismo.
Tampoco han emitido comentarios sobre los tres años de gobierno, ni para bien, ni para mal, las agrupaciones gordillistas: Maestros por México y el Movimiento Nacional por la Transformación Sindical.