Por: Carlos Blanco López
Nuevamente en la prensa se manejó la versión de que la Unidad del Sistema para las Maestras y los Maestros (Usicamm) “difundió el taller Moral Cristiana en el catálogo nacional de cursos extracurriculares”, como parte de los talleres válidos para participar en el concurso para la asignación de plazas docentes en preescolar, primaria y secundaria.
Hasta el momento la Usicamm no ha dado a conocer si dicho curso sigue vigente en el catálogo, lo único que se sabe es lo que esta unidad desconcentrada de la SEP manejó el pasado 19 de febrero en el sentido de que había “actualizado” el catalogo dejando fuera el curso de Moral Cristiana, pero tal parece que no es así, pese a que ese curso con perspectiva religiosa vulnera la letra y espíritu del artículo tercero constitucional donde se establece que la educación debe ser laica, es decir: ajena a cualquier doctrina religiosa.
Dicho curso, en el supuesto de que no haya sido eliminado del catálogo, se imparte en el Instituto Villa del Espíritu Santo, ubicado en Coatzacoalcos, Veracruz, propiedad de la congregación religiosa de los Misioneros del Espíritu Santo, fundada en 1914 en la ciudad de México por Concepción Cabrera de Armida y el sacerdote francés Félix de Jesús Rougier.
Concepción Cabrera, mejor conocida como “Conchita” fue una mujer profundamente religiosa que defendió a capa y espada la lucha que emprendieron los “cristeros” contra las fuerzas armadas entre 1926 y 1929, luego de que el presidente Plutarco Elías Calles aplicó a fondo la persecución religiosa para hacer válida la política laicista aprobada por la Constitución de 1917.
De acuerdo con las historias que hablan de la vida de “Conchita” esta mujer, el 18 de julio de 1926 “oye a la Virgen María hablar directamente de la tragedia de las persecuciones en México a causa de la verdadera fe”, por lo que escribe “rápidamente: Jesús quiere eliminar toda la suciedad y aumentar las virtudes en el corazón de los suyos… Estas persecuciones limpian y depuran. México tiene mucho que expiar, también en su iglesia, pero la fe y la religión triunfarán”.
Hasta el momento nadie sabe cómo fue que la Usicamm incluyó ese taller de Moral Cristiana que se imparte en el Instituto Villa del Espíritu Santo en el catálogo Nacional de Cursos Extracurriculares, aunque no sorprende la actitud de la Usicamm que dirige la ex diputada morenista Adela Piña, en tanto que está en sintonía con el discurso presidencial.
En alguna ocasión el presidente López Obrador precisó que el “profesa la religión cristiana”. Dijo: “Mi cristianismo, lo que yo practico tiene que ver con Jesucristo porque yo soy seguidor del pensamiento y de la obra de Jesús, creo que es el luchador mas importante que ha habido en el mundo”.
Lo central es que López Obrador en estos momentos no es un ciudadano común y corriente y libre de profesar la religión que estime conveniente, en tanto que es el titular del Poder Ejecutivo Federal, y que al rendir protesta como presidente de los Estados Unidos Mexicanos juró cumplir y hacer cumplir la Constitución.
Por cierto, Conchita Cabrera de Armida, fue “beatificada” el 4 de mayo del 2019 en la Basílica de Guadalupe en una ceremonia presidida por el cardenal Giovanni Angelo Becciu, en representación del papa Francisco.
Del cardenal Giovanni Angelo Becciu, hasta el 2020 fue uno de los personajes de mayor rango dentro del Vaticano, y renunció inesperadamente en septiembre de ese año a la dirección que se encarga en el Estado Vaticano de nombrar a los nuevos santos y beatos de la Iglesia, luego de conocerse una controvertida propiedad suya en Londres, valuada en más de 230 millones de dólares.