Por: Carlos Blanco López
Llegó la hora de la verdad, el próximo domingo 2 de junio más de 98 millones de mexicanos decidirán si salen a votar en forma masiva para elegir a la candidata presidencial que guiará los destinos de México en los próximos seis años, o como ha ocurrido en otras elecciones presidenciales, que un alto porcentaje de ciudadanos por apatía, fastidiados de la “política”, se queden comodamente en sus casas a esperar que las militancias o las masas clientelares de los partidos decidan el México que queremos para nuestros hijos.
Es incuestionable que el presidente Andrés Manuel López Obrador ha cometido errores en su ejercicio gubernamental, entre ellos, el pésimo manejo sanitario de la pandemia, el desabasto de medicamentos, la derrota en el combate a la corrupción y la terrible inseguridad pública que sangra el territorio nacional, y muchos otros más, a la vez que también ha tenido aciertos, de gran calado, como son la pensión para los adultos mayores y el incremento sustantivo al salario mínimo.
También algo muy importante y trascendente que logró López Obrador, sin quererlo, obviamente, que millones de mexicanos reflexionemos seriamente en la clase de políticos que queremos para que guíen los destinos de la Nación.
¿Qué es lo que deseamos los mexicanos?:
A un político sentado en la silla presidencial que aparentemente tiene buenas intenciones y que promete hasta el cansancio acabar con la injusticia social, con la pobreza extrema, pero que desafortunadamente carece de los conocimientos suficientes y de la sensibilidad social que requiere todo estadista, que se precie de serlo, para acabar con la desigualdad social, o darle un giro de 360 grados y colocar la banda presidencial a un político sin experiencia, sujeto a la influencia de múltiples intereses que en el pasado demostraron que lo que menos les interesa es acabar con la pobreza que afecta a más de la mitad de los 120 millones de mexicanos.
Enfrentamos un gran dilema: por quién votar el 2 de junio. Claudia Sheinbaum se dice la candidata que representa la “continuidad con cambios”, mientras que la aspirante presidencial opositora Xóchilt Gálvez se proclama defensora de la democracia y contra el autoritarismo.
De algo tenemos que estar seguros todos los mexicanos: “que la voz del pueblo, es la voz de Dios”, y que todos los mexicanos, todos los que nacimos en este noble territorio nacional, somos el pueblo mexicano.
Salgan a votar, reflexionen muy bien su voto, México necesita, le urge vivir en paz, sin violencia y con prosperidad, sobre todo para los que menos tienen.
Gritemos con nuestro voto el México que queremos para nuestros hijos.
Ya luego reflexionaremos después del 2 de junio la posibilidad, o la enorme y urgente necesidad de construir una nueva fuerza política verdaderamente ciudadana.
Esa es la tarea a seguir, porque todos los partidos le han fallado a México, lo que queda en evidencia en el hecho de que todos los días mueren 23 mexicanos por no probar alimento, es decir, un promedio de un mexicano cada hora, de acuerdo con una investigación elaborada por Arnoldo Kraus, un reconocido profesor de la Facultad de Medicina de la UNAM y fundador del Centro de Bioética.