Por Carlos Blanco López
Tras de que celebró su boda en Oaxaca y de que anunció su regreso a la política exponiendo que el presidente López Obrador no logró materializar sus promesas, la ex lideresa magisterial Elba Esther Gordillo se prepara para tratar de arrebatarle el control del magisterio veracruzano al priísta Juan Nicolás Callejas Roldán, hijo del difunto cacique magisterial Juan Nicolás Calleja Arroyo.
El escenario ideal para este cometido ya se avecina con el inminente proceso electoral que se realizará para renovar la dirigencia seccional de la sección 32 del SNTE en Veracruz que afilia a 90 mil maestros divididos en 13 regiones de entidad veracruzana.
El pasado 19 de febrero se verificó en la ciudad de Xalapa una reunión en la que estuvieron presentes diversas organizaciones y colaboradores de portales informativos digitales: Insurgencia Magisterial y Libertad Bajo Palabra.
Entre esas agrupaciones destacó la presencia del Movimiento Nacional por la Transformación Sindical, que lidera el chiapaneco Ricardo Aguilar Gordillo; Maestros por México, del jalisciense, Tomás Vázquez Vigil; 32 por la Reivindicación Sindical, de Rafael Ochoa Guzmán; y organizaciones como Juntos Somos Mas y Bases Magisteriales.
De acuerdo a lo que narró Wenceslao Vargas Márquez sobre los resultados de esa reunión ocurrió lo “impensable, lo que hace dos meses se creía imposible: las más diversas ideologías se reencuentran en un solo frente opositor común olvidando divergencias y enfatizando coincidencias”.
La alianza de diversas organizaciones en Veracruz para integrar dicha planilla opositora a Callejas Roldán, proyecta dos cuestiones:
Que las diferencias que supuestamente prevalecían entre Rafael Ochoa y Elba Esther Gordillo, no eran tan profundas, y que mucho menos prevalecíó un distanciamiento con la agrupación Maestros por México y el grupo compacto elbista.
Esa alianza también devela que realmente no está ocurriendo lo imposible, sino que tan solo acontece que aquellas agrupaciones y personalidades que otrora descalificaban a la maestra, por la vía de los hechos demuestran donde se ubican sus lealtades, en una fase de la vida política de Elba Esther, en donde la maestra le apuesta con todo su resto para tratar de recobrar el poder que durante muchos años acumuló al mantener el control de la organización y la tesorería del SNTE.