Guerrero. – La Coordinadora Estatal de los Trabajadores de la Educación de Guerrero (CETEG), recordó que el origen del Día Internacional de la Mujer, se remonta al 8 de marzo de 1908, cuando un suceso marcó la historia del trabajo y la lucha sindical en el mundo entero, ya que 129 costureras fallecieron a causa de un incendio en una fábrica de algodón en Nueva York, luego de que declararan una huelga con permanencia en su lugar de trabajo.
Narró que los motivos de la huelga, fueron reducir la jornada laboral de diez horas, un salario igual que los hombres ya que realizaban el mismo trabajo y mejorar las condiciones físicas y materiales que padecían, por lo que en 1910, en la Segunda Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas de Copenhague cuyo tema central fue el voto universal de todas las mujeres y en voz de Clara Zetkin, se proclamó oficialmente como Día Internacional de la Mujer Trabajadora, en homenaje a las mujeres fallecidas en 1908.
Lamentó que, a pesar de que en la mayoría de los países las mujeres han luchado por mejores condiciones de vida y no obstante que han conseguido logros como por ejemplo el voto femenino, cuyo primer país en realizarlo fue Nueva Zelanda en 1893, y a partir de ahí los demás países también lo permitieron, en México fue aceptado en 1953-1954, pero se hizo efectivo en 1956-1957, sin olvidar la gran contribución de las mujeres rusas en 1917, para la caída del Zar Nicolás II.
Puntualizó que, en todos los modos de producción: comunitaria primitiva, donde la mujer jugó un gran papel al quedarse con sus hijos cuando los hombres iban de caza, contribuyeron a la siembra y el cuidado de ganado y surgió gracias a esto el matriarcado y al pasar a ser nómadas, se fue perdiendo este poder de las mujeres y en el esclavismo, feudalidad y el capitalismo, la mujer sigue sufriendo la sobreexplotación.
Para la CETEG, no basta con luchas de mujeres feministas y de liberación femenina donde su lema es la igualdad entre hombre y mujer, muchas veces orquestadas por el mismo gobierno para pregonar que sí se interesan por mejorar sus condiciones, aunque queden plasmadas en un papel, porque en los hechos sigue esta sobreexplotación, lo que en verdad se requiere es la emancipación de la humanidad, un nuevo modo de producción, donde mujer y hombre, caminen juntos para lograr una verdadera transformación.
Los profesores disidentes, exhortaron a las mujeres a transformar las áreas que conforman la superestructura: educación, religión, ciencia, derecho, política, filosofía, artes y moral, una transformación que permita vivir en un mundo mejor, donde se cubran las necesidades básicas como son la alimentación, vivienda, vestido, educación, salud, recreación y transporte, donde la mujer y el hombre, no sean explotados.
Para lograr lo anterior, la CETEG propuso estudiar, prepararse, organizarse y unificar una sola fuerza, sobre todo combatir a la burguesía.
En este contexto, exigió: salarios suficientes para todas las mujeres trabajadoras, que puedan cubrir sus necesidades básicas; implementación de comedores donde las mujeres puedan adquirir alimentos balanceados y gratis o a muy bajo precio; lavanderías económicas o gratuitas y guarderías gratuitas para todas las madres trabajadoras y no trabajadoras.