Ciudad de México. – A nueve años de la toma de posesión del ex presidente de la República, Enrique Peña Nieto, activistas estudiantiles de la UNAM y de la Federación de Estudiantes Campesinos Socialistas de México (FECSM), recordaron la represión ordenada en su contra en las inmediaciones del Congreso de la Unión.
Los activistas, anotaron que aquel 1 de diciembre de 2012, fecha en la que, el PRI retomó el poder, el gobierno federal desplegó un operativo “contrainsurgente” que buscaba poner un alto al movimiento estudiantil y popular que denunciaba su imposición.
Refirieron que esos hechos violentos, estuvieron a cargo del Estado Mayor Presidencial, bajo las instrucciones del agente de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), Oscar Adolfo Naranjo Trujillo, quien a la postre fue nombrado asesor de seguridad de Peña Nieto.
Asimismo, destacaron que los costos de esa represión fueron altos, el estudiante Uriel Sandoval Díaz perdió el ojo derecho a causa de una bala de goma, disparada por elementos de la extinta División de Fuerzas Federales de la Policía Federal; el maestro, dramaturgo y activista social, Juan Francisco Kuykendall, recibió un disparo de gas lacrimógeno lanzado por la Policía Federal, motivo por el que fue internado en un hospital del IMSS, falleciendo por traumatismo cráneo encefálico un año después y el activista Teodulfo Torres Soriano, (a) “El Tío”, fue desaparecido el 24 de marzo de 2013, un día antes de declarar contra los policías federales, por el asesinato de Kuykendall.
Puntualizaron que, adicionalmente se tuvo a más de 90 encarcelados, vejados y agredidos por la policía de la Ciudad de México.
En este contexto, para los activistas que rememoraron los hechos, hoy, el Gobierno de la Cuarta Transformación, opta por el silencio, “pero en la memoria y en la historia, los responsables quedan claros. La justicia popular será la única opción, la justicia burguesa, es una ilusión”, concluyeron.