Por: Carlos Blanco López
Hay problemas en los que vale la pena involucrarse para contribuir a su solución e impedir que la puesta en marcha de medidas injustas, ilegales, afecten a un sector o actor determinado, aunque en ocasiones el sentido común sugiere mantenerse al margen de situaciones generadas por intereses aviesos.
Esto viene a colación ante la decisión de los contingentes de la CNTE de evitar comprometerse a fondo con las actividades de protesta que en los últimos meses protagonizaron estudiantes “normalistas” de Michoacán para oponerse a que la autoridad educativa de esta entidad aplique el examen del Centro Nacional de Evaluación para la Educación Superior (Ceneval) a los estudiantes que aspiran a ingresar a una de las ocho escuelas normales que hay en Michoacán.
Ante este problema el dirigente de la sección 18 centista, Gamaliel Guzmán, ha dicho que no está de acuerdo con el examen de Ceneval porque facilita que ingresen a las escuelas normales estudiantes sin vocación magisterial, en lo que coinciden algunos líderes estudiantiles de la Organización de Normales Oficiales de Michoacán (ONOEM), que catalogan al examen de Ceneval como de estandarizado.
Pero la aplicación del examen de Ceneval para los aspirantes a ingresar a una escuela normal representa un gran avance para combatir la corrupción que se venía dando con la venta de exámenes, que no podía evitar la Dirección de Escuelas Normales de la secretaria de Educación Pública de Michoacán.
En agosto del 2020 grupos de aspirantes denunciaron irregularidades durante la aplicación del examen de admisión, por la venta de claves con valor de 35 mil pesos antes de realizar la evaluación correspondiente.
El secretario de Gobierno, Carlos Torres Piña, no descarta que atrás de las violentas y focalizadas muestras de protesta de normalistas se ubiquen intereses del crimen organizado por lo que no descarta la intervención de la fuerza pública en caso de que las protestas alteren el orden.