A 43 años de haber sido creada la Universidad pedagógica Nacional (UPN), su actual rectora, Rosa María Torres Hernández, junto con los consejeros académicos de esta institución, acudieron a la Cámara de Senadores para entregar las conclusiones del Congreso Nacional Universitario (CNU), en las que se demanda instaurar la autonomía de esta institución formadora de cuados especializados en el campo educativo.
De acuerdo con consejero académico, y ex dirigente de la delegación sindical D-III-47, de esta institución, Yuri Jiménez Nájera, con la entrega de las conclusiones del CNU a la Cámara Alta se inicia el proceso para cumplir con el artículo 21 transitorio de la Ley General de Educación Superior, que establece que se debe analizar una nueva figura jurídica para la UPN.
La UPN fue fundada en agosto de 1978, como órgano desconcentrado de la SEP, por el presidente José López Portillo, a propuesta del controvertido cacique magisterial del SNTE, Carlos Jonguitud Barrios, a quien le interesaba expandir su radio de control entre el magisterio a través de una institución como la UPN, sin embargo, por instancias de Fernando Solana Morales, López Portillo no le concedió ese gusto al presidente de Vanguardia Revolucionaria y designó como primer rector de la UPN, a Moisés Jiménez Alarcón.
Ahora, a 43 años de haber sido fundada, la rectora Torres Hernández, junto con algunos integrantes del Consejo Académico, buscan la autonomía para la UPN, entre otras cuestiones, tal y como lo explica Yuri Jiménez, porque la UPN se comenzó a “debilitar” después de que en 1992 se inició el proceso de descentralización educativa, y las Unidades UPN comenzaron a estar en manos de los gobiernos estatales “fomentándose con ello la fuga de recursos y la corrupción”.
Bajo esa óptica las autoridades de la UPN y su consejo académico requieren visualizar que con la autonomía de ninguna manera se garantiza la erradicación de la corrupción, basta con repasar el tema de la “Estafa Maestra” mediante la cual el gobierno de Peña Nieto se valió de la secretaria de Desarrollo Social, encabezada por Rosario Robles, para desviar recursos, en “coordinación” con autoridades de varias Universidades “Autónomas”, para el pago de movilizaciones políticas y compra de votos.
El propio Yuri Jiménez no está muy de acuerdo con el modelo de autonomía con el que se manejan las universidades, en este sentido ha dicho que es un “modelo corporativo en el que una elite, la Junta de Gobierno, designa a las autoridades en turno por encima de sus comunidades”, siendo que las mejores universidades en el mundo “están dirigidas (reguladas, controladas) por sus propios académicos (Burton Clark), organizados colegiadamente con base en estructuras académicas democrático participativas horizontales, en las que la toma de decisiones se hace “de abajo hacia arriba” (como solía decir Kelsen).
Será interesante conocer el “modelo” de autonomía que propone la rectora de la UPN, Rosa María Torres Hernández, junto con los consejeros académicos, y en este sentido no hay que descartar que sea diferente a la autonomía que rige, por ejemplo, a la Universidad Nacional Autónoma de México.